El comportamiento “desafiante” de los hijos
childrens "challenging" behaviour
Este folleto está escrito para apoyarle en las situaciones difíciles que pueden presentarse cuando se tienen hijos; para guiarle y ayudarle a pensar en cómo mejorar la relación con sus hijos; y para informarle de tal manera que usted sea capaz de juzgar cuándo el comportamiento de sus hijos no es aceptable para usted.
Es muy importante que los niños no se hagan daño con su comportamiento, ni hagan daño a los demás.
Comprenda lo que exigen de usted como padre
Educar a los hijos no siempre es tarea fácil para todo el mundo.
La falta de tiempo y energía, o de dinero, pueden provocar ansiedad y estrés la mayor parte del tiempo, pero puede llegar a ser mucho más agobiante cuando el comportamiento de sus hijos se vuelve difícil.
En esos momentos puede que sienta que su vida familiar se está debilitando y que el futuro de sus hijos está amenazado.
Si usted siente que le falta confianza en sí mismo/a como padre puede que se deba a varias cosas, incluyendo que usted no haya tenido una buena relación con sus propios padres.
Todo esto puede hacer que le resulte más difícil ocuparse de los problemas de sus hijos.
El comportamiento “desafiante” de los hijos
Los hijos ponen a prueba las reglas
Los hijos ponen a prueba las reglas a cualquier edad. Poniendo a prueba las reglas aprenden a confiar en usted y a confiar en los límites que usted pone.
Las rabietas o el decir “no” y “quiero esto” todo el tiempo es una forma de poner a prueba sus límites. Están desafiando sus reglas, no su autoridad como padre/madre.
Qué espera de sus hijos
¿Qué desea para ellos?
¿Cómo quiere que se comporten?
Nuestros hijos son parte nuestra y un reflejo nuestro, pero también son personas por sí mismas.
¿Qué se puede esperar de ellos en realidad?
¿Qué es “normal”?
Los niños se comportan de forma diferente según la edad, las cosas que tienen que aprender y las habilidades que tienen que dominar, por ejemplo:
- A los 2 años un niño está aprendiendo coordinación física y está adquiriendo el lenguaje;
- A los 10 años está aprendiendo a comprender sus emociones y el comportamiento de sus padres/compañeros; y
- Un adolescente de 15 años está ocupado en tareas psicológicas más profundas, intentando encontrar una idea de sí mismos y un sentido de pertenencia al mundo.
La forma en la que usted desempeña su papel de padre debe ser flexible y adaptarse a la edad de sus hijos y a su personalidad. Su estilo cambiará a medida que usted vaya aprendiendo y ellos vayan creciendo.
Sin embargo, los mismos principios son válidos sin importar la edad de su hijo; y si usted es consecuente a la hora de aplicar las reglas, sus hijos se sentirán más seguros.
¿Por qué ocurre este comportamiento desafiante o provocador?
A veces los niños expresan sus sentimientos a través del comportamiento, ya que es la única forma que conocen para decirle cómo se sienten.
Los sentimientos de ira, frustración o incertidumbre por algo, o los sentimientos de culpa o vergüenza, pueden hacer que su hijo/a se sienta abrumado/a, cansado/a o físicamente mal; o pueden ocasionar explosiones emocionales o en el comportamiento.
El Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) (Attention Deficit Hyperactivity Disorder - ADHD)
Los niños que no paran y están llenos de energía podrían describirse como “hiper”. El comportamiento de los niños con TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) es exagerado y puede hacer daño o crear ansiedad a la familia y a los que viven cerca de ellos.
Los niños con TDAH tienen muy poca capacidad para concentrarse y son hiperactivos, especialmente en aquellos momentos en los que a usted le gustaría que se estuvieran quietos. Algunos aspectos difíciles de su comportamiento pueden ser el no querer esperar su turno, el actuar sin pensar o el romper las reglas intencionadamente.
Estos niños también sufren ellos mismos, y puede que no les vaya bien en el colegio o les resulte difícil hacer amigos, posiblemente tengan tendencia a tener accidentes y a las rabietas, y duerman mal.
El TDAH es un problema médico y se puede curar con terapia o medicamentos. Si consigue ayuda pronto puede ayudar a su hijo/a y a su familia, y hacer que la vida en casa y en la comunidad sea más positiva.
Para averiguar si el TDAH es la causa del comportamiento de su hijo/a, pónganse en contacto con su médico general o médico de familia (GP).
Cambios en el comportamiento
Cuando el comportamiento de su hijo/a se vuelva muy difícil, hágase las siguientes preguntas:
- ¿Qué es diferente ahora o qué ha cambiado en la vida de mi hijo/a?
- ¿Qué sentimientos puede haber detrás de este comportamiento tan provocador?
- Para los niños los cambios grandes o las transiciones en sus vidas son muy estresantes, por ejemplo:
- cambiar de colegio;
- perder amistades; o
- los cambios que se producen durante su desarrollo físico cuando van creciendo.
Otras experiencias que podrían ser desconcertantes son:
- un cambio muy grande en su rutina;
- una pérdida emocional, por ejemplo, si uno de los padres o una persona que le cuidaba se va o se muere;
- tener problemas en el colegio, por ejemplo, intimidación (bullying), una dificultad del aprendizaje o la presión del grupo;
- sufrir o presenciar abusos físicos, emocionales o sexuales; o
- tomar drogas o beber alcohol.
Comportamiento inaceptable
¿Qué es una “agresión”?
Si usted percibe el comportamiento hacia usted como una agresión, entonces es una agresión.
Tenga en cuenta la edad de su hijo/a: un niño de dos años corriendo hacia usted gritándole es diferente a un hijo adolescente corriendo hacia usted gritándole.
Piense que es posible que usted esté especialmente sensible respecto a algunos sentimientos o actos de ira debido a las experiencias que haya podido tener.
Si usted está en el lado que recibe y siente que es “demasiado”, puede decir qué cosas no son aceptables para usted.
Aprendiendo a reconocer qué es un comportamiento inaceptable
Estos ejemplos de comportamiento pueden ayudarle a decidir lo que es inaceptable para usted. Puede que piense que algunos de los comportamientos en la lista de lo “normal o común” son inaceptables. ¿Está de acuerdo con estas listas?
Comportamiento agresivo normal o común
Puede que intente cambiar las cosas usted solo/a y puede que hablar con sus amigos/as y familiares le sirva de ayuda.
El comportamiento agresivo normal o común incluye:
- hablarle mal a usted (con palabrotas o insultando), a sus hermanos/as y/o a otros, o gritar y dar voces;
- poner apodos o humillar;
- usar su fuerza física con las personas: por ejemplo, empujar, dar codazos o poner la zancadilla;
- amenazar con usar la fuerza física;
- ignorarle o hacerle el vacío;
- tomarle el pelo a alguien sobre un tema delicado – un rasgo físico o su historia familiar; o
- invadir el espacio personal de alguien – entrar en la habitación de alguien, leer el diario personal de alguien o ponerse demasiado cerca de alguien a propósito.
Aunque este tipo de comportamiento es bastante común, cuando usted sienta que la situación ha llegado más lejos de lo que usted puede soportar es el momento de buscar ayuda.
Comportamiento excesivamente agresivo
El comportamiento excesivamente agresivo es un comportamiento que podría hacerle daño a su hijo/a, a usted o a otra gente.
El comportamiento excesivamente agresivo incluye:
- hacer daño a otros físicamente, usando la fuerza física, la altura o la musculatura para dominar y/o herir a otros;
- intimidar a sus hermanos/as, compañeros de clase, y/o a usted – usando insultos, amenazas e intimidaciones para que los demás le tengan miedo;
- difundir rumores que perjudiquen a alguien;
- mutilar o matar con alevosía un animal pequeño o una mascota;
- destruir adrede las pertenencias y cosas de alguien;
- robar y destruir la propiedad pública en la calle o edificios públicos;
- hacerse daño asimismo/a con algo que corte o hiera, o intentar suicidarse; o
- abusar sexualmente de otro niño.
En circunstancias tan graves como estas, o cuando el comportamiento agresivo normal o común va más allá de lo que usted puede tolerar, debería conseguir ayuda tan pronto como pueda, no solo de sus amigos y de su familia sino también de la comunidad.
Reconozca que hay un problema
A veces es difícil reconocer que hay un problema. Si usted se siente intimidado/a por el comportamiento de su hijo/a, puede que tenga la tentación de ignorarlo con la esperanza de que desaparezca, o puede que espere que su hijo/a deje atrás esta etapa conflictiva.
Reconocer que hay un problema es el primer paso para tomar la decisión de que usted no quiere seguir aguantándolo.
Recuerde que usted está haciendo todo lo que puede para ayudar a su hijo/a: no debe sentirse culpable. El estrés del día a día de los padres puede ser desalentador y se necesita mucho coraje para retroceder e intentar hacer las cosas de otra forma.
Si usted ha sido víctima de violencia doméstica por parte de su pareja, podría resultarle especialmente difícil cuando sus hijos se enfadan con usted o se pelean con otros.
Conseguir ayuda
Es una buena idea buscar ayuda cuando se sienta abrumada/o por la preocupación, o cuando la tareas cotidianas o su salud se vean afectadas de forma negativa. Si sus otros hijos están sufriendo al presenciar o al ser victimas de este comportamiento abusivo, es un buen momento para empezar a buscar ayuda.
No se lo guarde dentro
Pedir ayuda no es tarea fácil, especialmente para madres o padres que están solos. Fácilmente se puede caer en el hábito de pensar que debe ser autosuficiente y confiar únicamente en usted mismo/a.
Pero recuerde: pidiendo ayuda usted está reconociendo sus límites, actuando responsablemente y dando un buen ejemplo a sus hijos.
¿Cuándo es el momento de pedir ayuda?
Si la respuesta a estas preguntas es “sí”, es el momento de conseguir el apoyo de los demás para ayudar a su hijo/a a controlar su comportamiento agresivo.
¿Le está pasando que:
- intenta solucionar las cosas usted misma/o, pero todo sigue igual;
- se siente agobiada/o y no sabe lo que hacer;
- se siente culpable por no poder hacerlo mejor;
- le resulta muy difícil realizar las tareas cotidianas;
- está constantemente frustrada/o; o
- sigue adelante a duras penas, temiendo cómo van a reaccionar los demás o lo qué pensarán de usted y de su hijo/a?
¿Tiene miedo de:
- que su hijo/a tenga que irse a vivir con su padre/madre;
- que los Servicios Sociales se lleven a su hijo/a; o
- teme por su seguridad o le da miedo volver a casa?
- ¿el comportamiento de su hijo/a:
- le hace daño o es abusivo hacia usted o hacia los demás;
- le hace temer por la seguridad de sus otros hijos;
- le hace temer por la seguridad de su propio hijo/a; o
- está afectando su rendimiento o asistencia en el colegio?
¿Está volviéndose cada vez más difícil:
- la relación con su hijo/a;
- intentar ayudar a su hijo/a con cosas como las tareas del colegio;
- la relación de su hijo/a con otros miembros de la familia, amigos y vecinos; o
- sus propias relaciones con todo el que le rodea, de manera que está afectando su salud y su felicidad?
¿Le preocupa que:
- su hijo/a tenga algún problema, por ejemplo, en el colegio, con los amigos o con las drogas o el alcohol?
Cuando la agresividad se convierte en violencia
Si usted sufre lesiones debido a la agresión de un hijo mayor o si no se siente seguro/a en casa, es importante que pare la violencia. Es importante que consiga ayuda exterior y que no intente solucionar el problema solo/a.
Si tiene alguna duda sobre la ley pónganse en contacto con un abogado. Si la violencia por parte de un hijo mayor continúa, puede llamar a la policía o a los Servicios sociales.
Dónde conseguir ayuda para su hijo/a
Hable con las personas en las que confía
Cuando sienta que está preparado/a, hable de sus inquietudes con un/a amigo/a cuya opinión respeta, o hable con alguien que haya estado en la misma situación.
Intente que otras personas se involucren y le apoyen en su papel de padre/madre – por ejemplo, otros padres que conoce o grupos de padres en la zona, la biblioteca puede ayudarle a encontrar estos grupos.
Otras personas que tienen responsabilidades respecto a su hijo/a
En su comunidad hay otra gente que conoce o cuida de su hijo/a, o es responsable de él/ella.
Los educadores infantiles, profesores, entrenadores o los líderes del club juvenil (youth club) pueden darle más información sobre el comportamiento de su hijo/a cuando está con ellos, si ha habido algún cambio y cómo se comporta su hijo/a en diferentes circunstancias. Estas personas tienen responsabilidades respecto a su hijo/a, pueden enseñarle con el ejemplo y pueden decirle cuáles son las reglas de comportamiento que siguen en la guardería o escuela infantil, el colegio o el club.
Le pueden dar consejos prácticos o enseñarle algunas técnicas. Pueden trabajar juntos para establecer algunos límites para su hijo/a y usar las mismas reglas.
Su médico general o médico de familia (GP) podría ayudarle poniéndole en contacto con un terapeuta para familias o un psicólogo para niños. Si se trata de un niño pequeño, su visitadora de la salud infantil (Health Visitor) también podría ayudarle.
Hable con los agentes sociales de la comunidad
El colegio de su hijo/a, los Servicios Sociales o la policía pueden serle útiles y ofrecerle apoyo y asistencia – especialmente si usted les llama en un momento en el que su comportamiento es problemático pero antes de que se convierta en peligroso.
Estos agentes sociales de la comunidad tienen diferentes funciones:
LOS COLEGIOS
Animan a los padres a que participen en reuniones profesores-padres. Son una influencia muy importante en la vida de los niños, y pueden ser una fuente de información sobre las actividades extra-escolares en su zona.
Si usted involucra al colegio, los profesores entenderán mejor las dificultades de su hijo/a. Usted y el colegio podrán apoyarse mutuamente en la manera en la que usan la disciplina y en qué hacer con su comportamiento difícil.
LOS SERVICIOS SOCIALES (SOCIAL SERVICES)
Su meta es ayudar a que las familias se ayuden a sí mismas, especialmente cuando son los padres los que llaman. Pueden ser una importante fuente de información y apoyo.
Cuando sienta que el comportamiento de su hijo/a está ya fuera de control y usted, y el resto de la familia, están sufriendo las consecuencias los Servicios Sociales podrían ayudarle. Pueden asignarle un trabajador social especializado en familias o pueden traer a una persona que le ofrezca atención personal a su hijo/a y le ayude a controlar su ira.
Como último recurso, si usted es incapaz de aguantar la situación en la casa podrían arreglarlo para que su hijo/a vaya a una casa adoptiva (foster care) temporalmente.
Cuando alguien está abusando de un niño o no le están cuidando apropiadamente, la otra función de los Servicios Sociales es actuar para protegerlos.
LA POLICIA LOCAL
La policía local podría informarle sobre los recursos que existen en su comunidad, cosas como los programas de mentores para jóvenes o los grupos de lucha contra la delincuencia juvenil.
Si su hijo/a tiene problemas con la policía, el juzgado puede dictar una orden para apoyar a los padres a mantener a su hijo/a alejado de la delincuencia. Para ello usted necesitaría formar parte de un programa para padres.
PROGRAMAS DE APOYO A PADRES (PARENTING PROGRAMMES)
En ellos pueden darle ideas para poner en práctica en casa, a menudo sirve como un grupo de amigos que le apoyan y puede mejorar sus conocimientos sobre la salud y el desarrollo de sus hijos.
Usted puede recibir información sobre éstos y otros grupos de autoayuda en la biblioteca, a través de su visitadora de la salud infantil (Health Visitor), de los Servicios Sociales o de alguna organización que haga trabajo voluntario en su zona.
Controle la situación
Es mejor si es usted quien se pone en contacto con estas agencias para pedir ayuda, de manera que, en la medida en la que sea posible, usted controla la situación.
Si el colegio, la policía o los Servicios Sociales se involucran con su familia porque otra persona los llamó, podría sentir que usted ya no tiene el control.
Por ejemplo, si el comportamiento de su hijo/a empieza a afectar a alguien fuera de la casa, un vecino podría actuar y ponerse en contacto con una de estas agencias antes de que lo haga usted.
Si usted misma/o se pone en contacto con una de estas agencies externas, recuerde que está ayudando a su hijo/a y a su familia, y que está siendo un padre/madre responsable. Usted está cuidando de su familia y de usted mismo/a de una forma responsable y lo ha pensado detenidamente.
Ser padres: ¿qué cosas funcionan?
Ser un padre o una madre seguro/a de sí mismo/a
Las habilidades que usted tiene y las que necesita practicar
Esperamos que las ideas que presentamos en este apartado le recuerden que lo está haciendo bien y le ayuden a sentirse más seguro/a de sí mismo/a.
Puede que haya olvidado algunas ideas viviendo con estrés y puede que haya aprendido otras con la experiencia, o a través de los amigos y la familia.
Recuerde: usted conoce a sus hijos mejor que nadie y sabe lo que funciona con ellos.
Dedicándole a los hijos tiempo y atención
Tiempo para cada hijo
Cada uno de sus hijos necesita de su tiempo y usted necesita tener tiempo para escucharles.
Si está sinceramente interesado/a en lo que le dicen, en lo que hacen y sienten – no solo cuando están causando problemas sino también cuando se están portando bien – usted será capaz de identificar los problemas pronto.
Amor es lo que más necesitan los niños para construir su autoestima. Muestre a cada uno de ellos que los valora como personas.
Tómese tiempo para hacer cosas con cada uno de ellos, por ejemplo, leer juntos, jugar algún juego, practicar algún deporte o ir de compras juntos.
Elogios para cada hijo
Encuentre diferentes oportunidades para sonreírles, elogiarles, abrazarles o darles las gracias. Todos nos sentimos mejor y nos sentimos valorados cuando nos hacen un cumplido.
Si usted felicita a sus hijos por su buen comportamiento, sus virtudes personales y sus habilidades, les ayudará a que su confianza aumente.
En vez de juzgarles, intente hablar con ellos de lo que ve y de lo que siente. De este modo, los niños sentirán que usted toma en cuenta y acepta sus experiencias. Por ejemplo:
- “Vi cómo te alejabas de ella cuando te insultaba en el patio de recreo…. me siento orgulloso/a de ti por irte a jugar con otro/a niño/a”.
- Resuma el comportamiento digno de alabanza de su hijo/a con expresiones como:
- “Evitaste una situación difícil. Te supiste cuidar”.
- “Me alegro de que me lo hayas contado. Me gusta saber lo que te está pasando”.
Identifique los sentimientos de cada hijo
La frustración de los niños y sus estallidos pueden ocurrir porque no saben decir exactamente cómo se sienten. Aprender a identificar y a describir sus sentimientos es parte de su crecimiento y hace que sus emociones sean menos intensas.
Escuche atentamente lo que sus hijos le están diciendo. Intente ver las cosas desde su punto de vista. Ayúdeles a decir lo que sienten y esto les ayudará a que aprendan a comprender y a tratar sus sentimientos. Por ejemplo:
- enséñeles a mencionar sus sentimientos: “creo que estás gritando porque estás enfadado/a”;
- enséñeles que comprende lo que sienten: “ojalá supiera magia y pudiera hacer desaparecer tus miedos”;
- enséñeles que usted puede aceptar y comprender sus sentimientos, aunque quiere que cambien su comportamiento: “me doy cuenta que estás enfadado/a con él. Dile lo que quieres con las palabras no con los puños”.
Aunque usted siga siendo el/la que pone las reglas, está demostrando que entiende cómo se sienten “poniéndose en su lugar”: está demostrando comprensión. Usted podría decir algo así como:
“Puede que sea frustrante para ti el no poder tener eso, pero no, no puedo comprártelo ahora mismo”.
Posiblemente le resulte difícil acordarse de hacer esto, pero sería muy útil si lo hiciera. Realmente podría ayudar a desinflar la ira o la rabieta del niño y evitar que vaya a peor.
Algunos padres piensan que si admiten sentimientos como la ira o la frustración están aceptando la rabieta o que está bien ser agresivo. Sin embargo, al reconocer los sentimientos está aceptando los sentimientos del niño – está bien tener sentimientos. Y aún así, puede decir “no”.
Ayude a su hijo/a a desarrollarse y a aprender
Ayude a su hijo/a a que aprenda a cooperar
Ayude a su hijo/a a ver el problema desde el punto de vista de la otra persona. Por ejemplo, usted puede decir, “¿Cómo crees que tu hermana se siente?, en vez de decir, “eres un egoísta, nunca piensas en los demás”.
- Ayúdele con información que sea simple, por ejemplo, en vez de decir “¿Cuántas veces tengo que decirte que no grites?” pruebe con “Demasiado alto. Me hace daño en los oídos”.
- Dígalo con una palabra o una frase sencilla, por ejemplo, “¡Con cuidado!”, en vez de una frase larga en la que puede perderse el mensaje.
- Hable de sus sentimientos. En vez de “¡Deja de agarrarte a mí!”, diga “No me gusta que me tires del cuello. Me gustan los abrazos tiernos”.
- Escriba una nota, por ejemplo, y péguela en la televisión: “Antes de que veas la tele, ¿has ordenado los juguetes?”.
“Mira lo que hago, haz lo que hago”
Los niños miran y aprenden de las personas que les rodean.
Si sus hijos están gritando o diciendo palabrotas y usted intenta superar sus gritos, está simplemente dándoles un ejemplo de que la fuerza y el poder solucionan los conflictos.
Intente, en cambio, estar calmada/o y ser razonable. Acláreles que usted puede ver cómo se sienten: “Sí, es frustrante, estoy de acuerdo”, pero al mismo tiempo dígales cuáles serán las consecuencias de tal comportamiento.
Ayude a su hijo/a a que aprenda a ser independiente
A medida que los niños crecen, están constantemente explorando nuevos territorios. Elegir o tomar una decisión por ellos mismos es la manera en la que aprenden a ser independientes y esta es una cualidad muy importante en la vida.
NIÑOS MÁS PEQUEÑOS
Puede ofrecerles un máximo de dos opciones, y que las dos sean buenas para usted, por ejemplo, “¿Quieres compartir este juguete o lo cambio por otro?”.
NIÑOS MAYORES Y ADOLESCENTES
A menudo quieren “discutir” diferentes posibilidades: cuál sería el resultado, lo que les gustaría que sucediera, y los riesgos o ventajas según la decisión que tomen. Usted sigue siendo el padre o la madre y siempre puede decir lo que no es negociable.
Muestre respeto por sus luchas y sus problemas
Si, por ejemplo, les está costando mucho hacer amigos, usted podría preguntarles sobre el tema o dejarles que inviten a compañeros/as de clase después del colegio.
No haga muchas preguntas, por ejemplo, diga simplemente “Me alegro de verte”, en vez de, “¿Qué ha pasado?” o “¿Te has metido en algún lío?”.
Tómese su tiempo para contestar, por ejemplo, “Buena pregunta. ¿Tú qué piensas?”.
Anímele a que pregunte a otra gente. Por ejemplo, diga, “No estoy segura/o; ¿y si le preguntaras a tu profesor/a?”.
Déle esperanza a su hijo/a, por ejemplo, diga “¿Así que te interesa eso?”, en vez de “Olvídalo”, o diga “Me pregunto si hay alguna forma de hacerlo”, en vez de “Es imposible”.
Utilice reglas que sean prácticas y consecuentes
Los niños aprenden equivocándose y por naturaleza desafían las reglas como parte de su aprendizaje. Al mismo tiempo, les gusta sabe cuáles son los límites y las reglas.
En la casa las reglas deberían estar tan claras como lo están en la clase o en los deportes y en los juegos. Intente que sean razonables y apropiadas para la edad de su hijo.
Usted podría colgar las “reglas de la casa” en un lugar donde todo el mundo pueda verlas.
Deje bien claras las consecuencias de su mal comportamiento. Si les amenaza con quitarles un privilegio, debe estar preparada/o para hacerlo. Con niños más pequeños, cuanto más inmediato sea el premio o las consecuencias de su comportamiento, mejor.
Premie el buen comportamiento
Note cuándo sus hijos se están portando bien.
Observe y premie el comportamiento que le gustaría ver más a menudo. Al mismo tiempo, disminuya la atención que le presta al comportamiento que no quiere ver.
Todo el tiempo que pase señalando y resaltando ese comportamiento hará que sea más probable que se repita. De manera que, concéntrese en el comportamiento que desea.
Cambiando el comportamiento agresivo
Ocupándose de los conflictos y la ansiedad de los niños
Enséñeles con el ejemplo
Ayude a sus hijos a resolver sus problemas y ansiedades y les estará enseñando una de las habilidades más importantes que usted puede darles.
Enséñeles con el ejemplo, a través de sus propios actos, que es posible resolver los conflictos de forma constructiva, sin que nadie salga herido. Enséñeles que es mejor hablar, y que pedir ayuda cuando uno la necesita es algo bueno.
Disciplina
La disciplina es por el bien de su hijo/a. Ayuda a protegerlo/la del peligro y a asegurarse de que su comportamiento no se vuelva antisocial.
Mucha gente todavía asocia “disciplina” con disciplina física, o lo que es lo mismo, el castigo corporal. Sin embargo, sus hijos pueden tener disciplina sin que usted recurra a la violencia.
La violencia no es el camino
La violencia no es el camino para resolver los conflictos o la frustración o la ira: alguien puede resultar herido.
Si usted elige golpear a sus hijos les está enseñando que está bien golpear a las personas que uno ama. Les está dando mensajes ambiguos y confusos con los que crecerán y serán adultos.
Además, golpear y pegar a un niño travieso no ayuda a que comprenda qué ha hecho mal. No va a evitar precisamente que el mal comportamiento ocurra de nuevo.
Los castigos físicos son peligrosos, pueden provocar lesiones permanentes. En algunos países es ilegal. Las pequeñas bofetadas podrían convertirse en bofetones grandes, al final, su hijo/a estará enfadado/a y herido/a pero no habrá tenido la oportunidad de comprender cómo arreglar las cosas.
Peor aún, los niños podrían aprender a ser violentos con otros niños pequeños cuando estén enfadados.
Al sacar a sus hijos de situaciones violentas o de un comportamiento violento, les está enseñando que la violencia no es aceptable y que nadie se merece que le traten así.
Reglas y recompensas
Tiene que haber reglas en la casa, de manera que cada miembro de la familia pueda vivir cómodamente con los demás, pero las reglas, y la manera en que su familia funciona, cambiará a medida que los niños crezcan.
Usted puede recordárselo a los niños colgando en algún sitio las reglas de la casa, y colgando la lista de las tareas que cada uno debe hacer. Puede tener un sistema con pegatinas en forma de estrella para pegar en una tabla y así enseñarles que usted valora cuando ellos hacen lo que deben.
Los niños pequeños y sus conflictos
Averigüe qué es lo que les está haciendo sentir mal
Los niños pequeños pueden decir que no tienen a nadie con quien hablar cuando están preocupados por algo, en realidad, puede ser que no sepan cómo decir que están preocupados por algo.
Si pudieran leer cuentos sobre otros niños que se encuentran en una situación similar, podrían hablar de lo que pasa en la historia – puede que esto le ayude a averiguar qué está haciendo que su hijo/a se sienta mal y qué está provocando su mal comportamiento.
Otra manera en la que ellos podrían expresar sus sentimientos es a través de sus juegos o sus dibujos. Cuando pueda hablar de lo que les preocupa, entonces podrá hablar sobre su comportamiento y sus efectos en ellos mismos y en otra gente.
Busque alternativas al castigo
Enseñe a su hijo/a a que le ayude:
- “me gustaría que jugaras con tus juguetes o hicieras un dibujo mientras que yo hablo por teléfono”, en vez de “te la vas a ganar si haces eso otra vez”.
- Enséñeles que lo que no aprueba es su comportamiento, pero no a ellos como personas:
- “poner nombres a la gente es horrible. Les hace sentir mal”, en lugar de “tú eres siempre tan grosero/a”.
- déles información en lugar de amenazarles:
- “es mejor escribir en el papel, no en las paredes”, en vez de “si haces eso otra vez te vas a llevar una bofetada”.
- A que tome medidas y solucione los problemas:
- “si estás enfadado/a, puedes ir patear la pelota ahí fuera – eso no se romperá como se rompió el cristal”.
- Deje bien claro lo que espera y lo que le gusta:
- “en nuestra familia nos gustan los besos y los abrazos, no las bofetadas que duelen”.
- Enseñe a su hijo/a como arreglar las cosas:
- “por favor, pide perdón y dile a tu amigo/a que no vas a hacer lo mismo la próxima vez”.
Déle opciones a su hijo/a, por ejemplo:
- “puedes alejarte y contar hasta diez, o ir a decírselo al profesor”.
- Explique a su hijo/a las consecuencias de su mal comportamiento:
- “cuando me golpeas me siento triste y me enfado, pero si me hablas de cómo te sientes quiero ayudarte”.
Alternativas al castigo corporal
Si usted piensa que su hijo/a está siendo travieso/a deliberadamente, quitarle algo que le gusta será más efectivo que cualquier castigo corporal.
Si el mal comportamiento parece incontrolable, sería útil si separa a su hijo/a del grupo o de la actividad que está interrumpiendo, para que esté solo/a hasta que se haya calmado.
Prepárelos para las situaciones difíciles
Los niños pequeños están más contentos cuando tienen horarios regulares para comer, irse a la cama o jugar ruidosamente. Para los niños es muy difícil cuando su rutina se ve alterada, o si usted se tiene que ir a hacer algo o tiene que ver a alguien, ya sean otros adultos u otros niños.
Prepárelos para estos cambios en su rutina, o guíeles y apóyeles durante esos momentos. Déles tiempo para prepararse diciéndoles por adelantado lo que va a pasar ese día, dentro de una hora, y así. Puede que sea más útil si se lo dice varias veces.
Los niños mayores, los adolescentes y sus conflictos
Sea justo/a y manténgase firme
Cuando esté intentando resolver el mal comportamiento continuado y la ruptura de reglas, trate de ser justo/a y de mantenerse firme al mismo tiempo.
Primero, tómese su tiempo para pensar si es realmente un problema importante y si de verdad necesita hacer algo al respecto.
Si lo piensa cuidadosamente ayudará a su hijo/a con su ejemplo a que aprenda a comportarse y a cómo resolver los problemas en las situaciones difíciles.
Si tiene miedo de que responda violentamente
Si ha decidido que tiene que afrontar un problema con un/a hijo/a mayor o un/a adolescente, y le preocupa que pueda responder violentamente inténtelo de esta forma:
- primero, tómese su tiempo para calmarse y pensar lo que quiere hacer y decir;
- después, dígales que hay algo que quiere discutir con ellos;
- elija un momento para discutirlo, quizás a la mañana siguiente.
Si usted tiene pensado hablar del problema con calma, puede que su hijo/a no responda tan violentamente, también le ayudaría a no decir impulsivamente algo de lo que se pueda arrepentir más tarde.
Cuando llegue el momento, explique a su hijo/a cómo se siente por lo que ha hecho y déles tiempo para que ellos también digan cómo se sienten.
Qué pasa después
Hable de las distintas maneras en las que puede, con su ayuda, mejorar su comportamiento de forma que sea más aceptable para usted y las demás personas a su alrededor.
Puede que encuentre que pueden llegar a un acuerdo que, aunque no sea perfecto, usted puede aceptar y también le parece razonable a su hijo/a.
Hable de los castigos que habrá si no pueden llegar a un acuerdo o si no cumple su parte del acuerdo con el tiempo.
Cuando tiene que haber consecuencias
Si usted decide que tiene que haber algún castigo intente que no sea demasiado duro, que sea acorde al comportamiento.
Puede que decida que su hijo/a debe quedarse en casa castigado/a o que le va a quitar algo o alguna actividad que le gusta.
Pegarle o gritarle es poco probable que dé resultado. Si usted le enseña que esa es la forma en la que los adultos solucionan su ira y su frustración, los niños sentirán que es aceptable si reaccionan agresivamente cuando están enfadados.
Sus hijos pueden tener más miedo de lo que usted piensa cuando está enfadado/a o se niega a hablar con ellos.
Si eso no funciona
Si siente que no va a ninguna parte con este tipo de método, intente encontrar ayuda.
Si sus hijos han crecido con violencia
Si sus hijos han presenciado o han sufrido violencia en casa, no significa que ellos automáticamente se van a comportar agresivamente, o van a ser adultos violentos.
Algunos podrían comportarse agresivamente, mientras que puede que otros rechacen rotundamente cualquier uso de la violencia, y otros lleguen a ser más introvertidos en su comportamiento.
En estas circunstancias “pretender” o tener un comportamiento desafiante es una reacción completamente normal ante una situación anormal y peligrosa.
Ayude a mejorar su autoestima
Busque oportunidades para enseñar a sus hijos nuevas facetas de ellos mismos:
“Fuiste muy valiente y tuviste un buen equilibrio cuando escalaste aquel muro”.
- Ponga a sus hijos en situaciones nuevas en las que pueden verse a sí mismos de forma diferente:
- “Me serviría mucho si me ayudaras a colocar la compra”.
- Deje que sus hijos le escuchen cómo habla de ellos con orgullo:
- “Ella se toma las molestias de ayudar a otros niños a entender las sumas”.
- Nunca compare a su hijo/a con el abusador, céntrese en el comportamiento:
- “A ninguno de nosotros nos gusta golpear. Nosotros hablamos de los sentimientos ahora y solucionamos nuestros problemas”.
- Señale sus buenas cualidades y lo que les gusta y valora en ellos.
- Hable del pasado y del presente
Recuerde los momentos especiales:
- “Me acuerdo de ayer cuando… “
Separe el pasado del presente y del futuro:
- “Eso ocurrió cuando vivíamos allí, pero nos fuimos porque no nos gustó. Lo que hacemos ahora es ayudarnos mutuamente. Si nos traes unos cojines, te leeré un cuento”.
Busque oportunidades para usar estas ideas. Las mejores conversaciones pueden tener lugar cuando está haciendo algo – como fregando y secando los platos, sentados en el coche o haciendo algún deporte.
Sea honesto/a con sus hijos sobre sus sentimientos y sobre cómo se siente con lo que ha ocurrido.
Cosas que puede hacer para ayudar a sus hijos
Piense sobre lo que está ocurriendo en casa
Piense qué razones puede haber detrás del comportamiento difícil.
Piense porqué sus hijos podrían estar portándose mal.
Puede que simplemente estén cansados, tengan hambre, o estén aburridos o incluso sobreexcitados, y todas éstas son cosas que usted puede prevenir.
¿Hay algo que está molestando a su hijo/a ahora y que quizás esté preocupado de decírselo?
Intente recordar cuándo empezaron los problemas
Cuando las cosas empezaron a ir mal:
- ¿puede que hubiera ocurrido algo que afectara a su hijo/a, incluso si para usted eso se quedó en el pasado?
- ¿le quitó importancia a algo pensando que pronto se olvidaría?
- ¿hubo algo demasiado duro para hablar de ello, así que ocultó sus propios sentimientos y al hacerlo no le dio a sus hijos la oportunidad de decir cómo se sentían o de hablar de sus preocupaciones?
Sus emociones contenidas
Puede que usted se haya hecho un/a experto/a en contener sus emociones y, quizás inconscientemente, espera que sus hijos hagan lo mismo.
Las emociones contenidas de los niños pueden salir en forma de ira, agresividad o un comportamiento egoísta. Un suceso pasado puede estar causando infelicidad durante mucho tiempo, y el hecho de que usted no quisiera hablar con ellos del tema podría hacer que estén enfadados y resentidos.
Hable de lo que está pasando
Si puede abrirse y hablar de lo que está pasando, sus hijos tendrán la oportunidad de hacer preguntas y esto les ayudará a tener menos ansiedad y a sentirse más seguros.
Charle de cosas pequeñas y le resultará más fácil hablar de las cosas importantes cuando surjan.
Deje que sus hijos sepan cómo se siente. Dígales lo que ha salido bien para usted y lo que ha disfrutado, además de las cosas que le han resultado difíciles.
Con el tiempo usted y sus hijos podrán conversar de lo que está pasando, además de lo que pasó antes. Empezarán a comprender que usted no tiene necesariamente la culpa y ellos tampoco.
Anticípese a las situaciones
Ayuda mucho el ir por delante y anticipar los problemas y conflictos que pueden surgir cuando haya cambios en las vidas de sus hijos. Piense en cómo va a manejar la situación y cómo ayudará a sus hijos a adaptarse a los cambios.
Situaciones que pueden provocar ansiedad y pesar
Algunas situaciones que podrían ocasionar ansiedad e infelicidad a sus hijos, y que podrían ser la causa de un comportamiento difícil, serían:
- su separación, divorcio o una nueva pareja;
- un bebé nuevo o un hermano/a mayor nuevo/a;
- empezar el colegio o cambiar de colegio;
- si usted tiene una enfermedad crónica o una discapacidad;
- violencia en la familia;
- una muerte en la familia; o
- cambiarse a una zona nueva.
Puede que sientan que su mundo está derrumbándose, puede que se sientan rechazados. La inseguridad puede cambiar su forma de comportarse – volverse traviesos si son niños pequeños, o enfadados y agresivos si son adolescentes.
Una separación puede hacer que los niños sufran otras pérdidas: su hogar, la forma de vida a la que estaban acostumbrados, sus antiguos amigos, familiares, o incluso mascotas. Puede que tengan que cambiar de colegio y encontrar nuevos amigos.
Intente disminuir su ansiedad
Cuando hable del cambio que va a tener lugar en sus vidas, recuérdeles que usted les sigue queriendo. Siga interesado/a en ellos y en sus sentimientos.
Después de la separación tranquilíceles y asegúreles que van a seguir cuidando de ellos y que no tienen que perder su relación con el otro padre, incluso si su relación era difícil. Hable de las necesidades de sus hijos y de sus sentimientos con el otro padre, si es posible.
Para fortalecer la sensación de seguridad en sus hijos, intente seguir haciendo sus actividades normales y su rutina tanto como pueda.
Explique porqué ha sucedido esto. Escuche la opinión de sus hijos mayores, pero recuerde que las decisiones importantes, por ejemplo, los contactos con sus hijos y su lugar de residencia, son al final responsabilidad de los adultos.
Cuídese
Es muy importante que se cuide. Si se siente bien y tiene el apoyo que necesita podrá ayudar mejor a sus hijos.
Comparta su experiencia
No espere a una crisis. Hable de ello cuando empiece a preocuparle por primera vez y probablemente nunca ocurrirá una crisis.
Intente encontrar un grupo local de apoyo a padres, o leer libros prácticos para padres. También debería buscar una revista local o una página Web que sea útil, o pruebe llamar a una línea de asistencia a padres.
Averigüe si en su zona hay grupos de apoyo de la organización one-parent family (para familias con un solo padre/madre): ahí puede que haya un profesional que le ayude con problemas específicos; los otros grupos puede que sean más informales. Puede que estén situados en el colegio, en los grupos de actividades con niños pequeños (playgroups), en los centros comunitarios, en las iglesias, mezquitas, templos o sinagogas.
En la biblioteca local o en la oficina de ayuda al ciudadano (Citizens Advice) podrán darle información sobre los grupos que hay en su zona. Intente encontrar lo mejor para usted hablando con ellos y haciéndoles preguntas. Usted podría empezar su propio grupo de forma informal invitando a la gente a su casa y hablando de los problemas y de las ideas que cada padre o madre tiene.
Planee y organice
Usted puede hacer que su vida sea menos estresante:
- manteniendo una rutina diaria y un horario regular para ir a la cama: la rutina es buena para los niños porque si saben lo que va a pasar se sienten más seguros, y es también buena para usted porque así sabrá cuándo va a tener un poco de tiempo para usted misma/o durante el día;
- haciendo una lista de cosas por hacer y poniéndolas en orden de importancia;
- planeando para el futuro y pensando cómo hacer que las partes estresantes del día sean menos difíciles.
¿Tuvo usted una infancia difícil?
Si abusaron de usted cuando era un/a niño/a, ya sea por abandono, ya sea emocional, física o sexualmente, puede que nunca haya tenido la oportunidad de pensar y de hablar sobre cómo se sintió en aquel momento, y quizás, nunca haya tenido la oportunidad desde entonces.
Si usted ha bloqueado sus sentimientos sobre el pasado, esto puede hacer que para usted sea más difícil comprender y tratar la ira y la frustración de su propio hijo.
Si usted pudiera hablar con alguien que sea un especialista en este tipo de experiencias, podría ayudarle a entenderse así mismo/a mejor y a comprender las dificultades que está experimentando su hijo.
Tiempo para usted mismo/a
Usted puede sentirse aislado y solo como padre, y se sentirá incluso peor si tiene un hijo con problemas de comportamiento.
Tómese algún tiempo para pensar en lo que le gusta hacer. Intente encontrar media hora cada día – o más si puede – para hacer por su cuenta algo que le guste.
Piense en cómo salir a veces por la noche. Si tiene niños pequeños, ¿puede arreglarlo para que se queden a dormir en la casa de algún amigo/a?
Tener tiempo para uno mismo/a durante el día es primordial, ya sea para recuperar energía o para hacer algo importante.
Conozca sus límites y cuándo es el momento de pedir ayuda externa
Cuando esté abrumado/a y sienta que no puede aguantar más, o cuando se de cuenta que está desquitándose con sus hijos debido a sus propias frustraciones, es el momento de conseguir ayuda del exterior.
Llame a alguna de las líneas de asistencia a padres (parent helplines) para pedir ayuda de forma anónima, o pida a un amigo en el que confíe o a un miembro de la familia que le den ideas.
Su médico general o médico de familia (GP) puede ser una buena persona con la que hablar. Además pueden remitirle a especialistas en familias.
Haga una lista con todos los números que puede necesitar en caso de emergencia. Incluya a los amigos, al colegio, al médico y a su grupo de autoayuda, y cuélguelos en algún sitio donde pueda encontrarlos rápidamente.
Los derechos y los deberes de los hijos
A medida que sus hijos se hacen mayores van adquiriendo gradualmente derechos legales.
Recuérdeles que los derechos van siempre acompañados de deberes, y ayúdeles a prepararse para sus derechos recién adquiridos.
Algunos derechos relacionados con la edad en el Reino Unido
Ellos pueden desde los:
- 10 años – ser condenado/a por una ofensa criminal si sabían que lo que estaban haciendo estaba mal;
- 12 años – comprarse una mascota;
- 13 años – repartir los periódicos o hacer cualquier otro trabajo a tiempo partido;
- 14 años – entrar en un pub, pero no para comprar alcohol;
- 16 años – dejar el colegio y trabajar a tiempo completo, comprar tabaco y petardos o cohetes, consentir en tener relaciones sexuales e irse de casa con el permiso de sus padres;
- 17 años – tener el permiso de conducir;
- 18 años – son adultos legalmente, pueden hacer casi todo lo que los adultos.
Renegociar a medida que crecen
Los adolescentes quieren hacer valer su independencia y su creciente autosuficiencia. Es el momento de renegociar lo que es aceptable. Dé a sus hijos opciones prácticas que les ayuden a fortalecer su sentido de la responsabilidad y del compromiso.
Los adolescentes necesitan tiempo para hablar, y puede que lo pidan en un momento poco apropiado. Del mismo modo, puede que usted quiera hablar en un momento en el que ellos necesitan privacidad y quieren estar solos. Si es necesario, fijen un momento para hablar que sea conveniente para los dos.
Si le parece que sus hijos no quieren hablar mucho:
- acláreles que está interesado/a en ellos y en lo que hacen, pero no haga preguntas;
- escuche lo que dicen y trate de comprender lo que están diciendo y cómo se sienten;
- responda a lo que dicen, especialmente a sus sentimientos, para demostrarles que le importa y que quiere entender lo que hacen;
- pase lo que pase, no lea sus diarios – puede que no sepa cómo hablar de lo que ha leído.
La seguridad de sus hijos cuando están fuera
Usted tiene que ser el/la que juzgue si sus hijos pueden jugar fuera solos o ir a la tienda, al colegio o a alguna actividad extra escolar ellos solos. Hay quien dice que los niños menores de 9 no deberían ir a ningún sitio ellos solos.
Puede ayudar a sus hijos acordando ciertas reglas con ellos. Por ejemplo, deberían quedarse con sus amigos y no irse solos a ningún sitio, o deberían llamarle cuando lleguen a la casa de sus amigos o cuando vienen de camino a casa (es más probable que así vengan a casa directamente y sientan que les está cuidando y así tengan ellos cuidado también).
La justicia juvenil
El entendimiento que los niños pueden tener de las consecuencias del delito
Los jóvenes pueden necesitar ayuda para comprender cómo cambian sus derechos y responsabilidades a medida que van creciendo.
Sus derechos según la edad están bien claros, pero el tema de la responsabilidad por un delito que puedan cometer no está tan claro.
Desde los 10 años la ley asume que los niños son lo suficientemente maduros para comprender las consecuencias del delito que cometan y pueden detenerles como responsables de ese delito.
Sin embargo, los tratan como a niños que la ley necesita proteger de la explotación sexual y de la explotación en el lugar de trabajo.
Si usted tiene miedo de que el comportamiento violento o abusivo de su hijo/a también ocurra fuera de casa, puede ayudar a su hijo/a a comprender su responsabilidad y probablemente las consecuencias del comportamiento antisocial (anti-social behaviour)
Ordenes que puede dictar el tribunal
Si un joven es culpable de un delito o de comportamiento antisocial, existen varias órdenes que el tribunal puede dictar:
ORDENES JUDICIALES PARA TRATAR EL COMPORTAMIENTO ANTISOCIAL (ANTI-SOCIAL BEHAVIOUR ORDERS)
Las puede imponer la policía o la autoridad local para restringir los movimientos y actividades de un/a niño/a de 10 años o más.
ORDENES JUDICIALES DE SEGURIDAD DEL NIÑO (CHILD SAFETY ORDERS)
Las puede solicitar la autoridad local para evitar que un niño o una niña menor de 10 años se vea involucrado/a en comportamientos criminales o antisociales.
PROHIBICIONES PARA NIÑOS (CHILD CURFEWS)
Las puede solicitar la autoridad local para prohibir la entrada de niños menores de 15 años a una zona específica.
ORDENES JUDICIALES PARA PADRES (PARENTING ORDERS)
Le obliga a usted a asistir a sesiones de apoyo a padres si su hijo/a ha cometido un delito, o si usted no hace que su hijo/a vaya al colegio habitualmente.
AVISO FINAL (FINAL WARNING)
Hace que envíen a un niño o niña a un equipo de prevención de delitos juveniles para que hagan una valoración de lo que se puede hacer para evitar que vuelva a cometer un delito.
REPARACIÓN (REPARATION)
Significa que el delincuente juvenil debe hacer algo por su víctima o por la comunidad para pagar por su crimen.
Para más información
Asista a un grupo de apoyo a padres, lea un libro o vea un video sobre los problemas de los padres, incluso haga un curso para padres– una de estas cosas o todas ellas le darán ánimo en los momentos difíciles.
Siendo un padre más seguro de sí mismo/a le resultará más fácil probar y seguir algunas de las ideas que describimos en este folleto.
Organizaciones útiles
ATTENTION DEFICIT DISORDER INFORMATION SERVICE
Tel: 020 8906 9068
www.addiss.co.uk.
Asesoramiento y ayuda especializada gratuita en relación a los niños que sufren TDAH.
CHILDLINE
Tel: 0800 1111
Línea de asistencia 24 horas al día para niños en peligro o angustiados.
CHILDREN’S LEGAL CENTRE
University of Essex, Wivenhoe Park, Colchester CO4 3SQ
Línea de asesoramiento: 01206 873 820 (de lunes a viernes 10am–12.30pm)
Asesoramiento confidencial y gratuito sobre cualquier problema legal relacionado con niños y jóvenes.
CONTACT A FAMILY
209–211 City Road, London EC1V 1JN
Teléfono gratuito: 0808 808 3555 (de lunes a viernes, 10am–4pm)
Ayuda a familias que cuidan de niños con necesidades especiales o discapacidades. Son la principal fuente de información sobre enfermedades raras.
CRUSE BEREAVEMENT CARE
Cruse House, 126 Sheen Road, Richmond, Surrey TW9 1UR
Línea de asistencia: 0870 167 1677
www.crusebereavementcare.org.uk
Ofrecen counselling, asesoramiento y oportunidades de socializar a toda aquella persona, incluyendo a niños, que haya sufrido la pérdida de un ser querido.
DADS UK
85a Westbourne Street, Hove, East Sussex BN3 5PF
Tel: 07092 391 489 o 07092 39092 39 0210 De lunes a viernes 11am–10pm, sábados y domingos 2–6pm
www.dads-uk.co.uk
Información, asesoramiento y apoyo para padres que están solos o son gay, o para maridos que hayan perdido a su pareja.
FAMILY MATTERS
13 Wrotham Road, Gravesend, Kent DA11 0PA
Línea de asistencia: 01474 537 392
Ofrece counselling, una oportunidad de hablar y que alguien le escuche, e información para adultos y niños que tengan 8 años o más y que hayan sido víctimas de abusos sexuales durante su infancia.
FAMILY SERVICE UNITS: REACHOUT
Línea de asistencia: 020 7402 5175 24 horas
Tienen centros para familias marginadas; también trabajan con niños que son difíciles y con niños que están siendo intimidados en la escuela (bullying). Intentan combinar el apoyo al niño con el apoyo a toda la familia.
HOMESTART
Línea de información nacional: 0800 068 6368
Correo electrónico: [email protected]
www.home-start.org.uk
El apoyo, la amistad y la ayuda práctica de voluntarios para personas que tienen al menos un hijo menor de 5 años en sus propias casas.
MEET A MUM ASSOCIATION
376 Bideford Green, Linsdale, Leighton Buzzard LU7 2TY
Línea de asistencia post-parto: 020 8768 0123 de lunes a viernes 7pm–10pm
www.mama.org.uk
Pone en contacto a madres que están aisladas, se sienten solas o tienen la depresión post-parto para que se hagan amigas y se apoyen mutuamente.
NATIONAL FAMILY MEDIATION
9 Tavistock Place, London WC1H 9SN
Tel: 020 7385 5993
Ofrecen información sobre servicios de mediación afiliados. Tienen un folleto sobre divorcio y separación para niños de distintas edades.
NCH ACTION FOR CHILDREN
85 Highbury Park, London N5 1UD
Tel: 020 7226 2033
www.nch.org.uk
Disponen de centros para familias en todo el Reino Unido donde ofrecen asesoramiento y apoyo a los que sufren estrés y están pasando por un momento difícil.
NFPI (NATIONAL FAMILY AND PARENTING INSTITUTE)
Tel: 020 7424 3470
www.nfpi.org
Publicaciones para padres.
NSPCC CHILD PROTECTION HELPLINE
Tel: 0800 800 5000 – con trabajadores sociales las 24 horas del día para todo el que esté preocupado por un niño en peligro de sufrir algún tipo de abuso.
Tel: 020 7825 2775 para recibir publicaciones e información de lunes a viernes 9am–4pm.
PARENTLINE PLUS
Línea de asistencia: 0808 800 2222 24 horas al día
Teléfono de texto: 0800 783 6783 la disponibilidad varía entre las 9am y las 5pm, hay un contestador
www.parentlineplus.org.uk
Ofrece asesoramiento y apoyo a cualquiera que esté ejerciendo el papel de padre/madre, incluyendo a padrastros/madrastras y a abuelos.
YOUNG MINDS PARENTS INFORMATION SERVICE
Tel: 0800 018 2138 de lunes a viernes 10am–1pm, martes, miércoles, jueves 1–4pm
Sus publicaciones cubren una amplia gama de temas que afectan a la gente joven. Para los padres o las personas que cuidan de un niño y están preocupados por su salud mental y su bienestar emocional. Además, ofrecen información local.
Grupos a los que unirse
Al unirse a un grupo puede hacer nuevos amigos y puede conocer gente lejos de la familia y de su vecindario, en ellos puede relajarse y socializar, o conocer a otros con las mismas experiencias que usted con los cuales puede intercambiar ideas.
GINGERBREAD
7 Sovereign Close, Sovereign Court, London E1W 3HW
Línea de asistencia 0800 018 4318 de lunes a viernes 9am–5pm.
www.gingerbread.org.uk
Existen unos 100 grupos Gingerbread en todo el país en los cuales se organizan diferentes actividades, por ejemplo, programas de guarderías infantiles, asesoramiento y ayuda práctica. Todos ellos le ofrecen la oportunidad de socializar con otros padres.
SINGLE PARENTS ACTION NETWORK (SPAN)
Millpond, Baptist Street, Easton, Bristol BS5 0YW
Tel: 0117 951 4231
www.singleparent.org.uk
Una red nacional de organizaciones de autoayuda para padres/madres soltero/as, especialmente enfocados en la pobreza, el racismo y los problemas femeninos. SPAN puede ayudar a los que quieran empezar un grupo nuevo.
Información de la organización One Parent Families
Llame a la línea de asistencia 0800 018 5026 de la organización One Parent Families para conseguir una lista de organizaciones para familias con un solo padre o madre en su zona.
This document was provided by One Parent Families www.oneparentfamilies.org.uk